miércoles, 3 de septiembre de 2014

Poniendo cara a la vida de Aitor

Se llama Aitor y es de Hondarribia. Se le iluminaba la cara cuando me contaba que no sabía cómo agradecer la respuesta que está teniendo por parte de personas conocidas y desconocidas en apoyo a su iniciativa de recogida de tapones con el fin de costearse un tratamiento que le devolverá la vista.

Una tarde con él para volver a colocar mis pies sobre la tierra. Historias que te dan un cachete y te recuerdan lo que realmente importa en la vida. Pequeños detalles que pasan desapercibidos. Como dice Aitor, él además de vivir la vida, la quiere ver pasar. Ver su silueta. Su luz y también su oscuridad. 

Os dejo el reportaje que le hice y si a ti también te remueve por dentro, no lo pienses y ayúdanos a ponerle cara a la vida de Aitor.



viernes, 7 de marzo de 2014

Un minuto de silencio

Un minuto de silencio por los que no sienten nada al escuchar una canción.
Un minuto de silencio por los que nunca lloraron en un concierto.
Un minuto de silencio por los que nunca soñaron con conocerle.
Un minuto de silencio por los que nunca forraron su carpeta del instituto con sus fotografías.
Un minuto de silencio por los que nunca perdieron la cordura y gritaron su nombre entre miles de personas.
Un minuto de silencio por los que nunca han hecho cola por conocer a nadie.
Un minuto de silencio por los que no pasaron tardes y tardes ensayando sus coreografías.
Un minuto de silencio por los que 15 años después, no las siguen bailando de juerga, en bodas y en la calle.
Un minuto de silencio por los que no esperaban la Super Pop como agua de Mayo.
Un minuto de silencio por los que no tuvieron que convencer a su madre sobre su derecho a empapelar su armario y pared con sus fotos.
Un minuto de silencio por los que nunca sintieron que una mirada se prolongó una eternidad.
Un minuto de silencio por los que pretenden encasillar sentimientos, que al fin y al cabo, es lo que la música despierta.
Un minuto de silencio por los que no se les eriza el bello cada vez que escuchan Quick play in games.
Un minuto de silencio por los que no pueden retroceder 15 años en el tiempo y revivir sensaciones al ritmo de We've got it goin' on.
Un minuto de silencio por los que nunca cerraron sus ojos e imaginaron ser la mujer de su vida (o su hermana, o su vecina, o su cuñada).
Un minuto de silencio por los que no pueden ver su vida reflejada en canciones.
Un minuto de silencio por los que no pueden ver, que al igual que tu, ellos también han hecho una vida.
Un minuto de silencio por los que no aprendieron inglés a ritmo de acordes.
Un minuto de silencio por los que no cantan canciones en castellano con acento americano.
Un minuto de silencio por los que no han amado ciudades como Tampa, Orlando o Kentucky simplemente por ser la localidad que les vio nacer.
Un minuto de silencio por los que no conozcan los nombres de los hermanos e hijos de sus ídolos.
Un minuto de silencio por los que no saben alegrarse de las alegrías de alguien al que simplemente admiran.
Un minuto de silencio para los que sus prejuicios prevalecen sobre su ilusión.
Un minuto de silencio por los que no pueden mirar a sus amigas mientras cantan Incomplete y sentir que junto a ellas, todo lo demás no importa.
Un minuto de silencio por los que no pueden decir que aquel 20 de febrero, cumplieron un sueño.
Una vida entera de silencio por aquellos que ni siquiera son capaces de entenderlo.

Un abrazo para los que tienen un nudo en la garganta. 
Eternamente adolescentes.

Medias sonrisas que ya predicen la ilusión con la que esperamos que se abra el telón
Sonrisas también al mirar a nuestro alrededor y compartir miradas de complicidad con el resto de treinteañeras
¡Se apagan las luces! Sonrisas que reflejan nervios y la pasión adolescente ya si que sí, se apodera de nosotras
Cuando se baja el telón y se encienden las luces todo acaba. Excepto nuestra imborrable sonrisa 
Y Esta es la cara y sonrisa que se te queda después de hablar con ellos y chocarles la mano ;-)
Y aquí una muestra de este sueño adolescente impregnado en papel de recuerdo. 
(La calidad es la que es amigos: el pulso, los nervios, que te chocas, que cantas mientras enfocas...)





















A pesar de los miles de videos que hay en youtube, ninguno tiene la calidad, por lo menos emocional, que éstos que grabamos (como pudimos...)

"Donde quieras yo iré". Si entiendes por qué esta canción es especial, 
es porque tu también eres una Peter Pan.


"Nunca te haré llorar": En castellano, en inglés... Uno de los mejores momentos


Larger than life: ¡Movida, alegre, pegadiza y dedicada a nosotras!


Shape of my heart: Baladón

 Quick play in games ya es especial en su versión normal, pero cuando se arrancan y la tocan ellos mismos con sus guitarras, piano y caja... No se me ocurre mejor recuerdo para cerrar el Post.


Y hasta aquí mis más sinceros minutos de silencio. Solo agradecer a los Back todos estos años de canciones, conciertos, videoclips, coreografias, entrevistas, autógrafos, escenarios, giras, premios... ¡Aqui estaré, vigilando vuestros movimientos otros 20 años más! ¡Hasta pronto!



lunes, 10 de febrero de 2014

Sobre las sorpresas y hacerse felices las unas a las otras

La grandeza de las sorpresas, a mi entender, no las percibe ni las disfruta en su plenitud quien las recibe. La magia de idear un plan que ilusione a la sorprendida, el encanto de coordinar tareas, el nerviosismo de ultimar detalles y la excitación que se siente minutos antes de llevarla a cabo es indescriptible. Incluso el morbo de meter la pata y sentir que todo se va al garete es sensacional. Esa unión entre amigas que desean hacer feliz a otra amiga, esa complicidad que esconde años de risas, de lágrimas, de abrazos y de enfados se materializan en sorpresas hechas a medida. Cada detalle está minuciosamente pensado para robar una sonrisa de tu amiga la sorprendida. ¿No es maravilloso?. Que te hagan feliz tus amigas es maravilloso, pero hacer feliz a tus amigas en infinitamente más maravilloso. 

Comencé mi aventura en este blog con un propósito para este 2014: Prometí dar a mi madre un beso por cada túpper que me preparara. Nunca pensé lo inmensamente feliz que le haría con un propósito tan fácil de cumplir.  Esta vez quisiera recomendar la terapia más sana que puede existir entre amigas. Haceros felices las unas las a las otras. A veces pensamos que este compromiso sólo se adquiere con tu pareja. Error. Grave error. 

Alegrémonos de las alegrías de las demás. Celebremos con ellas los momentos que para ellas son importantes. Pensadlo bien: ¡De esta manera tendremos que multiplicar por un puñado las razones por las que ser felices! 

Y por qué no...de vez en cuando escribamos un post y digamos a las amigas que les queremos y que son la base de nuestra cordura y de nuestra locura. 

Yo, personalmente, estoy hecha de pedacitos de vosotras. ¡Os quiero!





Hoy te has acordado de llamar 
 No habrás dudado jamas 
 Que estaría hoy aquí 
 Sonriendo por verte feliz 
 Porque eres mi amigo 
 Lo mas grande, 
no lo se no sabría definirlo 

 Hoy me he acordado de cantar 
 Y esto es lo que me ha salido 
 Son cuatro versos, nada mas
 Pero esto es mi forma de hablar
 De sentirme entendido 
 Yo no lo puedo evitar 
 siempre te he querido 

 Hoy me he acordado de sentir 
 Que estabas aquí encendido 
 En este loco frenesi 
 Que es la vida aturdido 
 Cuando yo estoy amigo aquí 
 El mundo dice que si 
 no te des por vencido

Letra y música: Al este del edén

martes, 7 de enero de 2014

Propósito para 2014: un beso por túper

No sé cuanto tiempo llevo planeando empezar a escribir en este blog. Semanas, meses. Puede que años. Nunca he encontrado el momento idóneo para sentarme a hacerlo o siempre encontraba la excusa perfecta para levantarme y huir. Se mire como se mire, el título era lo único que tenía.

Cualquiera diría que soy examinadora de halitosis o contadora de peces y que huyo de la escritura. De las palabras. De la expresión. Nada más lejos de la realidad. Soy periodista. Supuestamente, me dedico a escribir. Pero plantarme delante de esta maldita página en blanco y escupir lo que llevo dentro, además de producirme pánico, me parecía y me parece poco interesante y aburrido de cara a la galería. 

No sé muy bien qué quiero decir en este post. Ni si quiera a quien se lo quiero decir. Posiblemente se trate de una autoterapia tras uno de los episodios más difíciles que me ha tocado vivir de cerca. Muy de cerca. Tanto, que cada lágrima que cae de sus ojos se convierten en pequeñas lecciones que estoy tratando de asimilar. La impotencia se ha instalado dentro de mi desde ese puto instante en el que sus relojes se pararon en el tiempo, los cuales va a ser muy difícil volver a poner en hora.

El episodio en sí carece de importancia ahora. Lo que cuenta es que suceden cosas que mueven algo dentro de ti. Cosas que hacen que te lances a la piscina porque te das cuenta de que pegarte una ostia contra el fondo, lo único que significa es que estas vivo y que tienes el privilegio de sentir dolor. ¿Cuánto tenemos que perder en el camino para darnos cuenta de esto?

Por eso no he necesitado ni medio segundo para empezar escribir este post. Porque de manera acertada o no, me importa muy poco que guste o no mi manera de escribir, que el texto tenga o no errores gramaticales o que carezca de riqueza lingüística o simplemente de interés. Solo de esta manera he sido capaz de arrancar, que es lo importante.

Creo que llevamos 7 días en este 2014. 7 eternos y borrosos días en los que más de uno de vosotros se ha propuesto apuntarse al gimnasio, dejar de fumar, ponerse a dieta o estudiar inglés. Lo único que me he propuesto yo es ir a comer más a menudo a casa de mi madre y darle un beso por cada uno de los túperes que me prepara. 

Y así, con el propósito más sencillo a la vez que comprometido que me he planteado para este 2014,  quiero dedicar este primer post a todos aquellos que no podéis llevaros túperes de vuestra madre a casa. Aprender a cocinar es, seguramente, el propósito más desafiante para vosotros en este 2014.

Primos. Tio. Os quiero.


jueves, 22 de agosto de 2013

Arrancamos

Tras varios minutos delante de mi pantalla mientras decenas de posibles saludos iniciales divagan por mi mente para dar el pistoletazo de salida en mi blog, finalmente doy el paso y me lanzo a la aventura de compartir no sé muy bien qué, desconociendo exactamente con quién, sin tener la menor idea de para qué o por qué y mucho menos de cómo lo voy a hacer. Por no hablar de lo dubitativa que me siento con cada una de las palabras que escribo porque no sé dónde lo estoy haciendo ni cuándo llegarán a mis "lectores" si es que algún día llego a tener alguno.

Resulta cuanto menos paradójico que mi mensaje de arranque en el mundo cibernético parta con las cinco preguntas básicas del mundo del periodismo sin resolver: La ausencia de las 5 Ws en mi blog (Quién, cómo, cuándo, dónde y por qué) demuestra que lo que a partir de ahora en él se publique, será para todos y para nadie; hablaremos de todo y de nada; y la perioricidad será segundo a segundo y nunca. ¿Qué más da? Y es que ya lo decía el maestro Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar". Dueños de nuestro propio destino... ¿Comenzamos?